*Un artículo de Silvia Fernández Pérez, compañera de tiradas largas
¡Hola a todos y todas!
Me pongo hoy frente al ordenador para haceros una pregunta: ¿A quién le ha dolido o le duele actualmente la columna lumbar? Sí, ¿alguna vez? ¿Con frecuencia? O quizás… ¿es un dolor que ya no se va?
¿Cómo se explica desde el punto de vista de la osteopatía?
La columna lumbar obedece a tres funciones muy específicas:
1. La fuerza de la gravedad (G) impacta sobre nuestra columna vertebral de arriba a abajo llegando hasta los pies.
Cuando llega al suelo, se produce una fuerza de reacción (R), en sentido contrario a la gravedad, que asciende hasta nuestra cadera, pelvis y lumbares.
Por ser ésta la zona de confluencia de las dos fuerzas físicas, se ve sometida a una exigencia mecánica mucho mayor que la de otras zonas del esqueleto humano.
2. La última lumbar (L5) es la vértebra que más amortigua tanto el peso de nuestro tronco como la inclinación que este presenta con respecto a la vertical. Así, en el caso de un hombre de 80 kilos se calcula que:
- La cabeza pesa 3 kgs
- Los brazos 14 kgs
- El tronco 30 kgs
Se alcanza una carga de 37 kgs sobre la última vértebra lumbar, o sea, aproximadamente la mitad del peso del cuerpo.
Fisiología Articular . 6ª edición. Tomo 3. A.I. Kapandji. Editorial Médica Panamericana. Madrid, 2007.Páginas 30-32.
Estas fuerzas se incrementan de manera considerable en cuanto se sobrecarga la columna vertebral (por ejemplo, cuando hacemos una sentadilla con peso o cuando nos agachamos).
3. Nuestro centro de gravedad (CG), el punto mediante el cual el cuerpo se equilibra continuamente, se encuentra a nivel de nuestra zona lumbopélvica. Éste tiene la función de hacernos balancear continuamente para no perder el equilibrio.
Lo realiza por medio de un exigente trabajo de nuestros músculos psoas.
Bryan Larsen. Self Absolution of the Titan.
¿Qué sucede en mi columna cuando estos mecanismos se sobrecargan o fallan?
Debido a la tipología postural que presento, a mis exigencias mecánicas, al estado de forma que presento, al medio celular de mis tejidos, a una disfunción en una víscera (por ejemplo, un quiste en un ovario) o debido a algún gesto o traumatismo brusco puede suceder que los mecanismos arriba mencionados no funcionen bien.
La capacidad de amortiguación falla, se producen bloqueos en las vértebras o en los huesos de la pelvis, los ligamentos y la musculatura aumentan bruscamente su tensión para protegerse y aparece dolor y limitación de la movilidad en la zona.
Puede suceder que presente un dolor a nivel lumbar bajo, como una barra transversal, un dolor puntual en el lateral del sacro o que este baje hasta la nalga, de manera difusa por toda la pierna o de manera clara por el muslo, llegando incluso hasta el pie.
Esto último es lo que va a determinar el alcance del cuadro.
Si me quedo ‘clavado’, ¿voy a urgencias o voy al fisioterapeuta?
Caso 1. Si existe un bloqueo, tensión o dolor que se queda en la zona lumbar, sacro o pelvis o que, como máximo, desciende hasta la rodilla, puedo acudir normalmente a la consulta de mi fisioterapeuta para que me explore y determine si es susceptible de tratamiento manual.
Caso 2. En el caso de presentar alguno de estos síntomas:
- Lumbalgia después de una caída o traumatismo brusco.
- Dolor que aumenta con la tos o con la defecación.
- Sensación clara de cordón permanente hasta los dedos del pie.
- Pérdida de sensibilidad en la zona genital o pérdida del control urinario.
- Caída del pie o importante pérdida de fuerza a nivel de la extremidad superior.
Acuda a su centro médico y allí le ayudarán.
Y si tengo una hernia, ¿qué puedo hacer?
Debe usted saber que la mayoría de la población presenta algún tipo de lesión (hernia o protrusión) en alguno de sus discos vertebrales. Afortunadamente, muchas son silenciosas, no provocan síntomas o puede que incluso no sean las que estén produciendo sus síntomas.
Por otra parte, a medida que avanzamos en edad, los discos se deshidratan, las hernias ‘se secan’, se reabsorben y el dolor disminuye notablemente e incluso desaparece.
Puede suceder que su hernia discal no comprima ningún nervio, por lo que usted puede presentar una buena calidad de vida realizando una pauta de ejercicio moderado, estiramientos y fortalecimiento de la pared abdominal adecuados y adaptados a su caso concreto.
Cómo fortalecer tus abdominales
Ésta es la misma pauta para los casos en los que existe artrosis, cuadro que no es operable, por lo que también se trabaja con una pauta de mantenimiento, como en el caso anterior.
En caso de presentar sensación de cordón permanente hasta el pie, pérdida de fuerza o sensibilidad, caída del pie o pérdida de control de esfínteres visite a su médico y él o ella le orientará convenientemente.
Para cualquier duda o consulta contestaré encantada a sus comentarios.
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