Han hecho hasta 13 versiones de estas zapatillas. Esta evolución da que pensar. Para mí, supone un síntoma de su buena aceptación y de que los americanos lo hacen bien.
Lo primero que destaca en esta breve prueba es su comodidad. Son más anchas por la zona delantera, con clara forma de herradura y con una visible amortiguación. Además, como explicó el técnico de la marca, resultan ideales para corredores de peso medio-alto y de pisada neutra, ósea yo.
La zapatilla no es ligera: 320 gr nosotros y 263 ellas. Se componen de un sinfín de materiales, combinados estratégicamente que ofrecen nada más introducir un pie en ellas. El Súper DNA genera una buena amortiguación en la parte media (es algo así como una cadena de bolitas que se adaptan a la torsión en cada zancada). Para la parte trasera y con idea también de amortiguar usan el sistema Rounded Heel, que redondea el talón y suaviza la pisada. Incluyen otros tipos de materiales, como el Caterpillar Crash Pad yS-257 Cushsole, que hacen más suave la pisada y la estabilizan.
En la suela, lo más llamativo me parece el sistema Ideal Pressure Zones. Sirve, según explican, para distribuir la presión de pisada. Respecto al diseño, no me parece el más bonito del mundo. Tengo unas Transcend y unas Cascadia 10 que ofrecen duración, estabilidad y una buena amortiguación, pero una estética espartana para mi gusto. La malla, al igual que sus hermanas, no me parece muy transpirable (las Cascadia sí, porque ya se han roto).
Esta es la opinión basada en 40-50 min de carrera en buena compañía y de comentarlas después con unos aperitivos y unas cervezas, esto último marca de la casa en los últimos test de Intersport Irabia.
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