Retomamos las entrevistas y lo hacemos junto a Jordi Carbó, corredor, podólogo, ciclista, catalán y pamplonica por amor.Antes, muchas gracias por vuestras sugerencias para futuras entrevistas. Las tendremos en cuenta. Ahora sí, comenzamos.
ANTÍDOTO CONTRA EL ESTRÉS
Empezó a correr por rabia, por despecho, por una mujer. Lo suyo, lo que en verdad le gustaba era la bici, aunque reconoce que tiene mayores facultades para el running y que es un deporte que le permite mayor conciliación familiar. Sus tres hijos correteando por La Milla, en el Ensanche pamplonés, confirman que salir a pedalear “mínimo cuatro horas” no era la mejor opción. Pero además se enganchó a las zapatillas. “Es mi modo de mantenerme en forma. Cuando dejas la rutina de correr, la cabeza no funciona igual. Lo necesito para paliar el estrés, evadirme, desconectar”, detalla este catalán de 44 años que entrena entre 4 y 5 días a la semana, por las noches y con pulsómetro.
LOS ERRORES DEL CORREDOR
Interactúa con corredores cada día. Su trabajo le permite profundizar sobre cómo entienden la gente el running, el trail y el triatlón, tres disciplinas que no considera una moda y que él relaciona con la crisis y la necesidad de superarla a base de retos. “Sólo se trata de una tendencia pasajera para un porcentaje muy pequeño, el resto viene para quedarse”, apunta.
“El error más común del corredor amateur es que no se sabe entrenar bien: no respeta los descansos; tiene aspiraciones muy altas y objetivos poco realistas; se sobreentrena, y esto es lo que más lesiona; y le falta planificación”, considera. ¿Solución? “Un preparador físico, que es muy importante y está muy despreciado. La gente opta por bajarse planes de entrenamiento de internet. Me asombra”.
LAS ZAPATILLAS NO SON MÁGICAS
Como podólogo observa que existe mucha confusión en torno al tema de las zapatillas. “Hay un exceso de información en internet y en las revistas, fuentes muy diversas con muchos intereses, así que al final el runner no sabe por dónde tirar”, argumenta.
Reconoce que las zapatillas son importantes, porque “ayudan a amortiguar, aunque para ello deben ir acorde a la constitución de cada uno”. Pero no mágicas. “Parece que por comprarte unas con diferencial cero ya vas a hacer la técnica perfecta. No, la técnica hay que trabajarla”, ejemplifica Jordi.
“He llorado en cada una de las cuatro maratones que he corrido”, reconoce con orgullo. Se trata de su distancia favorita por su factor sorpresa. “Es tan larga, que por mucho que planifiques,siempre puede pasar algo que te da por culo y esa sensación de haber llegado a pesar de todo, esa satisfacción…”, murmura emocionado.
No participa en muchas carreras ni se pone marcas. Para Jordi lo importante es pasárselo bien: “Hay que disfrutar entrenando y compitiendo. Y es lo que haré en mi próxima maratón, seguramente en Barcelona. Es que ¿sabes qué pasa? Cuando terminas una dices ‘ya ninguna más’ y al cuarto de hora ya estás pensando en la siguiente”, comenta con una medio sonrisa visualizando cuando cruzó la meta de su ‘última’.
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